Una guía para mamás que navegan por la leche materna con alto contenido de lipasa

La leche materna es una fuente notable de nutrición y protección inmunológica para los bebés y proporciona numerosos beneficios para la salud. Pero sabemos que amamantar no siempre es fácil para las mamás, especialmente si tienen niveles altos de lipasa en la leche materna.

¿Qué es la lipasa?

La lipasa es una enzima presente naturalmente en la leche materna que ayuda a descomponer las grasas y ayuda a los bebés a digerirlas. También juega un papel vital en la absorción de nutrientes. Y en algunos casos, los niveles de lipasa en la leche materna pueden ser más altos de lo habitual, lo que resulta en una condición conocida como lipasa alta.

Alta lipasa y leche materna

Los bebés pueden rechazar la leche materna con alta actividad de lipasa porque con el tiempo puede desarrollar un olor y sabor a jabón o rancio. El rechazo puede ser angustiante para las mamás que amamantan. ¡No te estreses! Puede tomar medidas para abordar el problema y continuar brindándole a su bebé los beneficios de la lactancia materna.

Identifique el problema: si nota que la leche materna almacenada huele o sabe mal después de refrigerarla o congelarla, la alta actividad de la lipasa podría ser la culpable. Realice una prueba de olor y sabor en la leche recién extraída para determinar si presenta algún cambio inusual.

Opciones para reducir la lipasa

Pruebe la leche recién extraída: para determinar el grado de actividad de la lipasa, recoja una pequeña cantidad de leche recién extraída y déjela reposar a temperatura ambiente durante algún tiempo. Si el olor y el sabor siguen siendo normales, indica que el nivel alto de lipasa está provocando cambios en el sabor de la leche con el tiempo.

Experimente con los tiempos de almacenamiento: la leche materna de cada mamá es única y la velocidad a la que la actividad de la lipasa afecta la leche almacenada puede variar. Experimente con diferentes tiempos de almacenamiento para encontrar la duración óptima antes de que la leche adquiera un sabor desagradable.

Mezcle la leche congelada con alto contenido de lipasa con leche recién extraída: mezclar leche materna fresca y congelada puede reducir la actividad de la lipasa en la leche materna congelada descongelada y minimizar el desarrollo de sabores u olores no deseados. Descongela la leche materna congelada en el refrigerador durante la noche o con agua corriente tibia. Una vez descongelado, agite suavemente el recipiente para mezclar las capas de leche separadas. Calienta una pequeña cantidad de agua en una cacerola u olla hasta que hierva a fuego lento. Asegúrate de que el agua no hierva.

Coloque el recipiente de leche congelada en el agua hirviendo, creando un baño maría improvisado. Asegúrese de que el nivel del agua no supere el nivel de la leche en el recipiente. Deje que la leche congelada se caliente gradualmente a baño maría durante unos 10 a 15 minutos, revolviendo ocasionalmente para distribuir el calor de manera uniforme.

Después de que la leche se caliente, retírela del fuego y déjela enfriar a temperatura ambiente. Una vez que tanto la leche fresca como la congelada descongelada hayan alcanzado la temperatura ambiente, puedes mezclarlas en las proporciones deseadas.

Escaldar la leche: El escaldado desactiva eficazmente la enzima lipasa y evita que la leche desarrolle un sabor desagradable. Calienta la leche extraída en una cacerola en la estufa hasta que alcance una temperatura justo por debajo de la de ebullición (alrededor de 180 °F u 82 °C), luego enfríala rápidamente y guárdala. Este proceso debe realizarse poco después de extraer la leche y antes de refrigerarla o congelarla. Algunas mamás consideran innecesario escaldar la leche si la leche se consume en un período más corto, mientras que otras pueden necesitar escaldar la leche independientemente del tiempo de almacenamiento.

Dependiendo de la duración y la intensidad de la exposición al calor, las escaldaduras pueden hacer que ciertas vitaminas, enzimas y otros componentes sensibles al calor se degraden o disminuyan en concentración, pero el impacto varía. Para ayudar a minimizar la pérdida de nutrientes durante el escaldado, use calor suave y evite la exposición prolongada. Recuerde, la leche materna es naturalmente rica en nutrientes e incluso con una ligera pérdida de nutrientes debido a las quemaduras, sigue siendo una excelente fuente de alimento para su bebé.

Liofiliza la leche materna: una de las ventajas de la liofilización es que inactiva eficazmente la enzima lipasa en la leche materna al someterla a temperaturas bajo cero durante el proceso y previene el desagradable cambio de sabor que puede ocurrir durante el almacenamiento.

La leche materna escaldada y liofilizada conserva la mayor parte del contenido de proteínas, grasas y lípidos. Pero la leche liofilizada retiene más enzimas y vitaminas solubles en agua que la leche escaldada. La congelación rápida ayuda a conservar en mayor medida estos componentes sensibles al calor, pero la exposición al calor al escaldar la leche produce cierta degradación o pérdida de enzimas y vitaminas solubles en agua. Al liofilizar la leche y rehidratarla cuando sea necesario, las mamás aún pueden obtener las numerosas ventajas para la salud de la lactancia materna.

Si no está segura de cómo abordar el problema de la lipasa alta o necesita orientación adicional, comuníquese con un asesor de lactancia o un grupo de apoyo a la lactancia materna. Pueden ofrecerle asesoramiento y apoyo personalizados para ayudarla a navegar este aspecto de la lactancia materna. Muchas mamás han estado allí y han superado con éxito este desafío; tú también puedes hacerlo.

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